Que se haga corto el ADIOS...
dice así una letra de uno de los más
prolíferos poetas de hoy...
Y es que no hay adiós cuando
vamos en la misma dirección, cuando es un mismo camino que andamos, cuando
tenemos delante una misma puerta que tocar, cuando unos van más rápidos, pero
todos llegamos al mismo punto.
Solo que a nosotros los que vamos
despacio, a los remolones, los que no hemos sabido entregar todo sin reservas,
nos cuesta aceptar que otros mas hábiles marchan de prisa...
No aceptamos la diferente
superioridad de esos valientes, que brillan con fuerza y nos dejan solo una línea
blanca de luz en lo oscuro de la noche. Son como gota de agua que en silencio
cae sobre aguas planas e inmóviles, dejando tras si ondas crecientes que buscan
orilla y límites impuestos para transformarlos...rompiendo silencios. Gladiadores
que no saben cuantas historias y pasiones dejan grabadas en "sus
arenas", donde dejan todo viviendo un día a la vez. Es que solo saben
luchar, correr de prisa, tomar el viento entre puños, dialogar con el fuego, llorar
con risas…
Entre corredores y bosques conocí
de una historia, supe de uno de ESOS que atrevidamente jugó en el hilo de lo no
posible y en desequilibrios y equilibrios hizo realidades. A mí llegó de una
voluntad, de un empuje, de un deseo y una virtud, escuché de una gota de caía,
de puños contra el viento y de risas sin lágrimas...
Encontré tu nombre, tus armas,
una piedra y un poema...supe entonces eras de los VALIENTES, de los que no
espera, de los que abren senderos, de los primeros...
Josué Perez Pedrero 22.09.12
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